Colección: LÁMPARAS

¿Por qué usar luces?
Usar luces es el primer acto de seguridad que podemos implementar al andar en bicicleta. Ser visto por las noches es tan importante como ser visto de día.
El Reglamento de Tránsito de Ciudad de México indica que en horarios nocturnos las personas en bicicleta deben portar aditamentos luminosos y bandas reflejantes, y que la bici debe contar con luces delantera y trasera.
Con estas reglas nos indican que las luces son importantes para hacernos visibles ante los demás vehículos y peatones en condiciones de poca luz.
Las luces en la parte delantera deben ser blancas o amarillas, pues el color indica la dirección de un vehículo enfrente.
Si las luces son rojas, el vehículo va en nuestro sentido. Si son blancas, el vehículo viene en dirección opuesta a la nuestra.
Principalmente hay dos factores a tomar en cuenta: intensidad y alcance. La intensidad es la cantidad de luz que arroja el foco, y el alcance es la distancia a donde llega el haz de luz.
Delanteras:
Las luces delanteras deben estar colocadas a una altura adecuada, para evitar que deslumbren a otros vehículos.
Deben ser fijas y no parpadeantes.
La intensidad va en función del gusto y necesidad del ciclista.
Traseras:
Deben estar colocadas en una parte que permitan su visibilidad, debajo del sillín es el lugar más común.
No deben ser de una luminosidad intensa pero sí alta.
Su principal función es que el ciclista sea visto con antelación.
Pueden ser intermitentes.